Antioquia es uno de los 32 departamentos de Colombia, localizado en la zona noroccidental del país. Fue uno de los nueve estados originales de los Estados Unidos de Colombia. Su capital es Medellín, segunda ciudad en población y economica de la nación.
Limita al norte con el mar Caribe y con el departamento de Córdoba; al occidente con el departamento del Chocó; al oriente con los departamentos de Bolívar, Santander y Boyacá; y al sur con los departamentos de Caldas y Risaralda.
Antioquia es una de las entidades territoriales más antiguas de Colombia. Fue creada en 1576 con el nombre de Provincia de Antioquia, el cual conservó hasta 1856 cuando se conformó en Estado Soberano. Este posteriormente se convirtió en el actual departamento (1886).
El departamento se encuentra dividido en 125 municipios, uno de los cuales (Turbo) es Distrito Especial Portuario.
No es muy claro el origen del nombre "Antioquia". Algunos sostienen que se trata de un vocablo indígena que significaba "montaña de oro". Otros autores sostienen que proviene del término sirio antiochia, que a su vez viene del griego antioko, que significa "empujador", nombre del General de Alejandro Magno, oriundo de la Ptolemaida y padre de Ptolomeo I, fundador de la última dinastía egipcia, que termina con Cleopatra VII.
El gentilicio de las personas oriundas o habitantes del departamento de Antioquia es antioqueña/o.
Según la Gobernación de Antioquia, la/el antioqueña/o de hoy comprende varios tipos de culturas: urbana, montañera, costeña, ribereña y calentana.
Con una lente etnográfica, sin embargo, los antioqueños están conformados por 5 grupos humanos bien definidos: paisa, costeño, sabanero, chocoano e indígena, (este último perteneciente a la etnia Embera).
El grupo humano predominante en Antioquia es el paisa. Este grupo representa la mayoría de la población, un 90 por ciento, y habita casi en su totalidad en la región montañosa del departamento, que constituye un 80% del área.
Esta región montañosa de Antioquia conforma, junto con los departamentos de Caldas, Risaralda y Quindío, la denominada región paisa colombiana. En esta región paisa se incluyen también a veces la zona norte de los departamentos del Valle del Cauca y el Tolima, colonizadas hace años por antioqueños y en las cuales se habla con marcado acento paisa.
Los demás grupos humanos de Antioquia diferentes al paisa habitan el 20% restante del territorio, conformado por áreas planas. Son ellos los grupos costeño, localizado en el Urabá antioqueño y el Bajo Cauca antioqueño; el sabanero, en la región del río Magdalena; el chocoano en el área de influencia del río Atrato, y el indígena Embera - Catío, también en la zona limítrofe con el departamento del Chocó.
También hay en Antioquia otros grupos minoritarios de inmigrantes.
Como norma general Antioquia es asociado a la montaña debido a que es en esta en la que se ha desarrollado especialmente su cultura y su economía, razón por la cual a Medellín se la ha llamado la "Capital de la Montaña". Sin embargo, la montaña antioqueña conformada por las cordilleras Occidental y Central, conforman las dos terceras partes del departamento, mientras una parte corresponde a llanuras. La geografía departamental es bastante variada y conjuga todos los elementos de la geografía nacional: mar, llanuras, montañas, altiplanos, páramos, ríos, ciénagas y bosques.
La abrupta Cordillera de los Andes, en su zona colombiana, atraviesa a Antioquia de sur a norte, dividida en dos ramales, llamados Cordillera Occidental y Cordillera Central.
Esta Cordillera Central, a su vez, se ramifica en dos en Antioquia, en medio de un valle conocido como Valle de Aburrá, donde se asienta la ciudad capital de Medellín. Estas dos ramificaciones conforman un imponente conjunto de montañas.
Las ramificaciones de la Cordillera Central empiezan a perder altura en el norte de Antioquia, hasta que desaparecen en su parte más septentrional que se constituye en la zona costera antioqueña, donde ya no hay cordillera, y llamada Costa Atlántica antioqueña.
La zona más importante de la comarca antioqueña es la Cordillera Central, no sólo porque en ella se asientan la mayoría de sus ciudades o municipios, sino porque forma dos altiplanos geográficos: el que está situado más al norte, llamado Altiplano de Santa Rosa de Osos, y el Altiplano situado más al oriente, llamado Valle de Rionegro.
Si se tiene en cuenta que sólo el 10% de la población mundial vive en zonas de montaña, especialmente de tan escarpada geografía, es comprensible que la mentalidad del antioqueño sea en algún sentido sui géneris dada esta minoritaria circunstancia.
Las otras dos partes de Antioquia son zonas planas: Bajo Cauca, Magdalena Medio, Atrato y Urabá. La zona plana del Urabá Antioqueño merece mención aparte puesto que es aquí donde Antioquia tiene su salida al mar Caribe. Esta parte del departamento también ha sido descrita como el trópico antioqueño, y es quizá una de las regiones más importantes del país debido a su situación estratégica dentro del contexto de América Latina. En efecto, el Plan de Desarrollo de Antioquia hasta 2019 tiene proyectada a esta subregión como eje de la llamada La Mejor Esquina de América.
Los Parques naturales de Antioquia ubicados en la Cordillera Occidental son el Parque Nacional Natural Paramillo y el Parque Nacional Natural Las Orquídeas; en el distrito de Turbo hay una pequeña porción de tierra que hace parte del Parque Nacional de Los Katíos.
El territorio del departamento de Antioquia se caracteriza por presentar un relieve variado, representado, por una parte, por áreas planas que comprenden las dos terceras partes del total del suelo, y que están localizadas en el valle del Magdalena, en la sub-región denominada Bajo Cauca, en las zonas próximas al departamento del Chocó, y en las zonas próximas a la costera región de Urabá; y por otra parte, el relieve está conformado por una extensa área muy montañosa que hace parte de las cordilleras Central y Occidental de los Andes, que componen una tercera parte del suelo antioqueño, y en la cual sobresalen 202 altos importantes, con elevaciones que oscilan entre los 1.000 y los 4.080 msnm.
El mayor accidente montañoso del departamento es el Páramo de Frontino, localizado en el municipio de Urrao, con 4.080 msnm; también en esa localidad está situado el Morro Campana, con 3.950 msnm.
En el municipio de Dabeiba está ubicado el Alto de Paramillo, con 3.960 metros, en donde se están construyendo 2 nuevas bases militares debido a su importancia estratégica, y en el municipio de Andes se localiza el Cerro de Caramanta, que tiene 3.900 metros de altura.
Antioquia está bañada al norte, en sus costas, por el Mar Caribe. Al occidente recibe la humedad del Océano Pacífico, en la zona de sus selvas.
En cuanto a sus ríos, son muy numerosos y establecen el origen de su potencial hidrográfico e hidroeléctrico, cuenta con varias fuentes; entre ellas, los ríos más importantes son el Atrato, que la separa del departamento del Chocó; el Cauca, que la atraviesa por el centro y separa la Cordillera Occidental de la Central, en el corazón del departamento, y el Magdalena, que le sirve de límite con el departamento de Santander, en el extremo oriente de la región.
La riqueza hídrica del departamento también está representada en sus múltiples ciénagas, como las de Buchadó, Los Medios, Tumaradó, Caucasia, Nechí, El Bagre, Yondó y Puerto Berrío.
Antes de llegar los conquistadores —tiempo que se conoce como época prehispánica—, en el territorio de la actual Colombia habitaban dos grandes familias indígenas, los Caribes y los Chibchas.
Antioquia estaba poblada por Caribes. Salvo por algunos escasos grupos de la familia cunas en la región del Darién, un área costera al extremo norte del departamento, no existen registros de población chibcha en la zona antioqueña.
Las etnias caribes del territorio de Antioquia fueron clasificadas a su vez desde muy temprano en subdivisiones a las que se les continuó llamando familias. Las más notables fueron Catías, Nutabes y Tahamíes, que habitaron básicamente las zonas del centro.
Otro grupo importante que habitó a Antioquia en las zonas del sur fue el Quimbaya, sobre el cual subsisten algunos registros.
Hubo otros grupos, pero fueron ésos los conglomerados más destacados con que se encontraron los conquistadores a su arribo a Antioquia. Su contacto con los quimbayas tuvo poco que ver con la evolución del departamento, pues Jorge Robledo, el principal conquistador de Antioquia, sometió rápidamente a los pocos que encontró, y los que quedaron desaparecieron rápidamente.
La historia se centró entonces en las turbulentas relaciones de los españoles con los grupos caribes, los cuales, pese a su numerosa y mayoritaria presencia y a su conocida bravura y cultura guerrera, terminarían dominados o exterminados por los ibéricos en los procesos de la conquista y la colonización.
Durante estos procesos se presentaron sangrientos enfrentamientos, que llevaron a los nativos sobrevivientes a dispersarse, e incluso a suicidarse antes de verse sometidos. Fue así como en la región los indígenas desaparecieron casi por completo. Los pocos que sobrevivieron se desplazaron hacia el territorio del Chocó. Actualmente, la población indígena del departamento de Antioquia escasamente alcanza el 0,5 % del total de habitantes.
El primer español que pisó Antioquia fue Rodrigo de Bastidas, quien estuvo en el Darién en el año 1500. Diez años después, Alonso de Ojeda fundó a San Sebastián de Urabá, cerca de lo que hoy es el municipio de Necoclí. Sin embargo, las primeras incursiones españolas de fondo en Antioquia se produjeron solo desde 1537. En este año, una expedición comandada por Francisco César recorrió las tierras del Cacique Dabeiba, llegando hasta el río Cauca y rescatando de las tumbas indígenas un importante tesoro. Sin embargo, los hombres del Cacique Nutibara hostigaron a la hueste española, obligándola a volver a Urabá.
En 1541, el conocido Mariscal Jorge Robledo partió del desaparecido asentamiento español de Arma, un poco más abajo de Aguadas al sur de Antioquia, en una expedición hacia el norte por la ribera derecha del río Cauca.
Lejos de allí, hacia el norte, ese mismo año Robledo fundaría en esa ribera la población de Santa Fe de Antioquia, trasladada un año después por Juan Cabrera a la otra ribera del río, la occidental, y en 1587 trasladada por don Gaspar de Rodas al lugar que hoy ocupa. Santa Fe de Antioquia es considerada desde entonces la Ciudad Madre de Antioquia.
Esta ciudad fue erigida desde entonces como Capital de la Provincia de Antioquia, designación que conservaría hasta el año de 1826, cuando la categoría de ciudad capital le fue cedida a Medellín.
Después del debate iniciado por la idea del origen judío de los antioqueños desde mediados del siglo XIX hasta la mitad del siglo XX, sobrevino la hipótesis del origen vasco. De esto se encargaron especialmente dos historiadores norteamericanos: Everett Hagen y Leonard Kasdan. Hagen consultó la guía telefónica de Medellín en 1957 y constató que un 15% de los apellidos eran euskaldunes, de origen vasco, encontrando luego que dentro de los empresarios este porcentaje de apellidos constituía hasta un 25%, lo que le permitió concluir que la herencia vasca era muy importante para explicar el mayor desarrollo industrial de Antioquia en el contexto colombiano. Estas ideas fueron sustentadas por los representantes de las teorías desarrollistas, quienes buscaron justificar el crecimiento empresarial a partir de "la personalidad de los grupos sociales". Se encontraron en el directorio telefónico casi un centenar de apellidos vascos, algunos con mucha abundancia de nombres y otros con muy poca.
El uso del idioma vasco (euskera) en el actual territorio de Colombia se remonta a las primeras exploraciones ocurridas en 1499, durante el tercer viaje de Colón, pues se dice que desde ese momento en el territorio se hacía sentir una fuerte presencia de vascos. Algunos tan destacados como el piloto y geógrafo Juan de la Cosa, apodado “El vizcaíno” (aunque algunas fuentes reputadas y solventes afirman que no era oriundo de Vizcaya, sino que nació en Santoña, Cantabria).
De ahí en adelante, los vascos comenzaron a venir regularmente y se distribuyen por toda la geografía nacional. Debido a esta presencia es que el departamento colombiano de Antioquia ha sido considerado como un eje importante de la inmigración vasco-navarra, principalmente durante la época colonial, cuando centenares de vascos migraron por estar vinculados a las empresas de colonización españolas.
A quienes se han interesado por investigar sobre la presencia de Euskal Herria en el departamento de Antioquia y en Colombia, una de las preguntas que les ha inquietado se refiere al uso y permanencia de la lengua vasca en sus actuales territorios.
Se estima que subsisten algunos aspectos de la cultura y tradiciones traidas por los colonos vascos, sin hacer todavía mención a su particular idioma, pues se ha hecho impreciso rastrear el uso del euskera en el actual territorio antioqueño y colombiano, debido a que el vasco siempre fue una lengua marginada, de la cual al parecer no quedaron evidencias escritas en Antioquia.
A este respecto, es apenas previsible que la corona española, para mantener el monopolio de las empresas de ultramar, mantuviera políticas de restricción a los ciudadanos que no pertenecieran al entonces imperio español, y mucho menos permitiría que se hablaran otras lenguas distintas al idioma castellano. De manera que aquellos vascones invitados a participar de las empresas de colonización en Indias, y los extranjeros en general, tenían que conocer el idioma oficial, es decir, el castellano; de ahí el predominio de vascos castellano-parlantes o bilingües.
Pese a estas restricciones, es posible rastrear todavía en la historia del actual territorio colombiano referencias a la antigua lengua de los vascones. Una referencia que se tiene muy antigua del empleo del euskera en el territorio colombiano, se dio en relación a Lope de Aguirre, un guipuzkoano apodado “El loco”. Aguirre, con su rebeldía, llegó a desafiar el imperio español, realizando actos en contra de los súbditos de la corona española. Pedro de Ursúa, un navarro fiel al rey español, quien además fue el fundador de la Pamplona del oriente colombiano, expresó que éste podía persuadir a los soldados de Aguirre a que se le rebelaran, si les hablaba en euskera.
Durante el exilio de 1936 varias familias vascas migraron hacia Colombia; muchas de estas familias eran vasco-parlantes y produjeron incluso textos en euskera sobre poesía como El Parnaso Colombiano; de igual forma, tradujeron del castellano al euskera algunas obras literarias de autores colombianos.
Por su aislamiento geográfico (al hallarse enclavada entre montañas), Antioquia sufrió en sus inicios problemas de abastecimiento, aparte de que su configuración de relieve no permitía la existencia de grandes extensiones de cultivos. Por ello, los antioqueños se dedicaron al comercio, especialmente del oro, y al desmonte de la selva para la colonización de baldíos, aunque esto fue dándose a partir de las reformas del visitador de la corona española Juan Antonio Mon y Velarde, en 1785. Debido a estas circunstancias, se transformaron en colonizadores y negociantes, contribuyendo a la expansión de la cultura antioqueña, ya a finales del siglo XIX.
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