25 jun 2011

Departamento de Caquetá

Caquetá es uno de los 32 departamentos de Colombia. Se encuentra localizado en el suroriente del país, siendo Florencia su capital.
La región del Caquetá se inicia en el pie de monte andino y termina en los escarpes de Araracuara, en plena selva amazónica. Grandes ríos bañan el territorio, todos afluentes del río Caquetá, que le sirve de límite por el sur. Entre estos ríos destacan el Ajajú o Apaporis, el Yarí, el Caguán y el Orteguaza, navegables por embarcaciones menores.
A excepción de las poblaciones que se hallan situadas en las bases de la cordillera, y unos pocos caseríos indígenas en las márgenes de los grandes ríos, el resto del territorio se halla prácticamente deshabitado y cubierto de espesa selva tropical húmeda, con una temperatura de entre 27º y 29º.
El departamento del Caquetá, está ubicado en el sur-oriente de Colombia y al noroeste de la región amazónica entre los 00º42’17’’ de latitud sur y 02º04’13" de latitud norte y los 74º18’39’’ y 79º19’35’’ de longitud oeste, representando el 7.79% del territorio colombiano. Tiene una superficie de 88.965 km², que en términos de extensión es comparable a la de Portugal.
Limita por el sur con los departamentos de Amazonas y Putumayo, separados por el río Caquetá, con los departamentos de Huila y Meta por el norte, por el este con los de Guaviare y Vaupés, y por el oeste con los de Cauca y Huila.
Los suelos están constituidos sobre rocas metamórficas de la serie de las Guayanas, además de areniscas de roraima y del Cretácico. También aparecen hacia la cuenca del Caquetá rocas sedimentarias del Cenozoico.
El departamento se extiende desde la vertiente oriental de la Cordillera Oriental hasta la Serranía de Araracuara. En la vertiente montañosa, sus elevaciones alcanzan los 3.000 msnm en el cerro Miraflores y en la cuchilla de Los Picachos al norte. La llanura amazónica presenta lomeríos, altiplanicies como la mesa de Araracuara, montes aislados y planicies aluviales.
Al oriente del departamento, importantes complejos de mesas o tepuyes salpican la llanura amazónica, entre las cuales se destacan la Mesa de Araracuara y la Serranía de Chiribiquete. Esta última, con más de 250 km de longitud, representa el conjunto de tepuyes más imponente del país. Sus altas mesetas rocosas de cúspide plana están separadas por profundos y pequeños valles, por donde corren ríos caudalosos de origen amazónico.
Como ríos principales se encuentran el Caquetá y sus afluentes Yarí, Caguán, Peneya, Rutuya, Orteguaza, y Yurayaco. También son importantes los ríos Apaporis, Fragua, Sunsiyá, Luisa y Guayas.
Los grandes ríos que tienen su origen en la Cordillera Oriental vierten sus aguas amarillas, ricas en nutrientes, al caudaloso río Caquetá. Los impetuosos raudales de este cauce, lugares en donde se angosta el río y se acelera la velocidad del agua, interrumpen el paso a la navegación.
Antes de la conquista española, estas tierras estaban ocupadas por numerosos grupos indígenas, muchos de los cuales subsisten hoy en día. Dentro de ellos se destacan los Andaquíes, los Koreguajes, los Karijonas, los Tamas, los Macaguales y los Huitotos. Parte de su legado cultural está representado por los petroglifos, los cuales están ubicados principalmente en los municipios de Florencia y San Vicente del Caguán.
La densa selva amazónica que cubre buena parte del territorio ha favorecido la supervivencia de estos grupos, si bien la explotación cauchera de la primera mitad del siglo XX trajo consigo la persecución y extinción de muchas etnias.
En la época de la conquista el territorio fue recorrido por Hernán Pérez de Quesada y George Huhermuth, pero no se colonizó por las difíciles condiciones del medio y las limitaciones de la época.
Durante la Colonia y primeros años de la República, el Caquetá perteneció a la provincia de Popayán; en 1821 pasó a formar parte de los departamentos de Boyacá y Cundinamarca; luego fue Territorio Nacional. En 1857, el Caquetá volvió a lo que es hoy el departamento del Cauca, hasta 1909, cuando el Caquetá fue convertido en intendencia y luego en comisaría en 1910.
De su extenso territorio, que inicialmente cubría toda la región al sur del río Guaviare se desprendieron sucesivamente las intendencias y comisarías amazónicas. La colonización del Caquetá se inició en realidad en 1930 con motivo de la Guerra Colombo-Peruana. La extracción del caucho como motor de la economía de ese periodo se narra en la novela Toá de César Uribe Piedrahita.
El proceso colonizador recibió apoyo del Estado desde 1964 a través del INCORA. Hasta el año 2000 el área colonizada en el piedemonte alcanzaba más de tres millones de hectáreas. El crecimiento constante de la población y de la economía dio lugar a la creación de la Intendencia mediante el decreto No. 963 del 14 de marzo de 1950.
La ley 78 del 15 de diciembre de 1981 erigió en Departamento a la entonces Intendencia del Caquetá, con capital en la ciudad de Florencia.
El departamento ha sido epicentro del conflicto armado colombiano y la guerra contra las drogas en Colombia. Durante el conflicto, la región ha sido utilizada por diferentes grupos ilegales para desarrollar sus actividades, notablemente la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia que en la década de 1990 mantuvo una gran influencia sobre la región.
Entre 1998 y 2002 se llevaron a cabo los Diálogos de paz entre el gobierno Pastrana y las FARC. En dicho proceso de diálogo, el municipio de San Vicente del Caguán en el norte del Caquetá y cuatro municipios más en el sur del Meta fueron "despejados" o desmilitarizados en una llamada "Zona de distensión".
Tras el fracaso de los diálogos, la zona fue recuperada a sangre y fuego por la fuerza publica. Grupos paramilitares ilegales también se desarrollaron en el departamento del Caqueta con el fin de enfrentar a las FARC y tomar el control del tráfico de drogas ilegales.
Durante la presidencia de Álvaro Uribe se continuó con la Política de Seguridad Democrática y la implementación del Plan Colombia. El 21 de diciembre de 2009 el gobernador del departamento Luis Francisco Cuéllar fue secuestrado y asesinado por las FARC.
Económicamente, el territorio es rico en maderas, resinas, plantas medicinales y gomas. Los suelos, especialmente los que lindan con la cordillera, son fértiles, y se aprovechan con cultivos de arroz, plátano, yuca, cacao y caña de azúcar. En el pie de monte, existen yacimientos de estaño y carbón. Pero la principal actividad del departamento es la ganadera con cerca de millón y medio de cabezas de ganado que hacen de este departamento tener la cuarta población ganadera del país.

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