Dos cachacos trabajadores de la construcción estaban haciendo un asado cuando uno de ellos se empezó a quemar. El otro se quitó la chaqueta y empezó a pegarle con ella para apagarlo. El que se estaba quemando decía:
- Déjeme quemar, déjeme quemar.
- ¿Por qué, si estoy tratando de salvarlo?.
- ¡Déjeme quemar o saque el martillo de la chaqueta!.
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