Tres oficiales y 5 soldados pagarán entre 28 y 55 años de prisión. Estarán en un batallón de Bogotá
A sentencias de entre 28 y 55 años de prisión fueron condenados la noche del viernes, por el Juzgado Tercero Penal del Circuito Especializado de Bucaramanga, 8 militares del Batallón Rafael Reyes de Cimitarra (Santander) por las muertes de dos hombres que habían desaparecido en Soacha (Cundinamarca).
Los hechos se relacionan con las muertes de Andrés Pesca Olaya y Eduardo Garzón Páez quienes en marzo del 2008 murieron a manos de los militares en la vereda Brasil de Cimitarra, donde el Ejército, en esa fecha, reportó un combate con presuntos subversivos del Eln que supuestamente iban a plagiar a un ganadero de la región.
El la lectura del fallo el Juzgado precisó que en la misión Táctica Marfil, como fue llamada la operación en la que murieron los desaparecidos, los uniformados ejecutaron actos atroces que no tenían ninguna relación con su servicio.
Según el fallo, los cuerpos tenían doble vestimenta, botas nuevas y limpias en un terreno enfangado, uñas limpias -una víctima con manicure- y armas oxidadas e inservibles. "La escena fue creada y no existió ningún combate".
A los delitos de desaparición forzada agravada y homicidio agravado el juzgado sumó peculado por apropiación y falsedad en documento público pues el Batallón requirió de la Quinta Brigada el pago de 1,5 millones de pesos que no se pagaron a un supuesto informante.
"Los occisos no hacían parte de bandas criminales...Fue un comportamiento (de los militares) indigno, causó dolor y asombro", sentenció el juzgado.
El de Bucaramanga es el proceso más avanzado de los que se adelantan en varias ciudades del país por la desaparición y muerte de 19 hombres de Soacha.
Cerca de 50 mujeres, 28 de Soacha, realizaron un plantón frente al Palacio de Justicia de la capital santandereana para exigir celeridad en las investigaciones por diferentes casos de los llamados falsos positivos.
Ana Paéz, madre de Eduardo Garzón, dijo sentirse conforme con el fallo pero pidió que los condenados no sean enviados a un batallón militar sino a cárceles comunes.
El teniente Eduardo Antonio Villani Irriarte y el sargento vice primero José Eduardo Ñiámpira Benavides fueron condenados a 55 años de prisión, 4 meses y 24 días, por los delitos de homicidio agravado en concurso homogéneo, desaparición forzada agravada en concurso homogéneo, falsedad ideológica en documento público y peculado por apropiación.
El Juzgado Tercero Penal condenó al teniente coronel Wilson Javier Castro Muñoz, comandante del Batallón, a 54 años, 9 meses y 18 días de prisión por hallarlo responsable de coautor de los delitos de homicidio agravado en concurso homogéneo y desaparición forzada agravada en concurso homogéneo y peculado por apropiación.
El soldado profesional Guillermo Pacheco Anzola fue condenado a 29 años, 4 meses, 24 días por los delitos de cómplice homicidio agravado en concurso homogéneo y desaparición forzada agravada en concurso homogéneo y coautor en falsedad ideológica en documento público y peculado por apropiación.
El también soldado Juan Carlos Álvarez fue condenado a 54 años, 2 meses y 12 días de prisión por ser coautor de homicidio agravado en concurso homogéneo y desaparición forzada agravada en concurso homogéneo.
Los soldados Nelson Ospina Tavarel, Venancio Puente Guapachá y Germán Augusto Oliveros fueron condenados a 28 años, 2 meses y 12 días de prisión por su complicidad en los delitos de homicidio agravado en concurso homogéneo y doble desaparición forzada agravada en concurso homogéneo
Los 8 condenados fueron inhabilitados por 20 años para ejercer cargos o funciones públicas.
Noticia de El Tiempo.com
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