Támara configurado como pueblo de indios y punto de referencia de las autoridades Españolas de Santa Fe cuando de los llanos se trata, mostró un auge importante en su tributación que permite afirmarse como el núcleo provincial de mas dinámica social, según Historiadores “los Indígenas que habitaban los alrededores de Támara recolectaban hasta 160 cargas de algodón al año, que se enviaban a los pueblos indígenas de la cordillera. En 1571 se enviaron 6.825. arrobas de lienzo solo a los caciques de Chita, pueblo donde los indígenas pagaban tributo con frazadas”. Este auge de Támara y en General de los primeros pueblos de Casanare se mantuvo hasta mediados del siglo XVIII, parece ser que hubo sobresaltados y depresiones propias de proceso funcionales de la época.
Hay un acontecimiento interesante hacia 1621. que a mi juicio es el preámbulo y unas razones para concederle a los Jesuitas los Pueblos del los Llanos. El propio Arzobispo de Santa Fe de Bogotá don Fernando Arias de Ugarte visito a Chita para cerciorarse de la Situación de los Indígenas sometidos a la autoridad española, que al darse cuenta de la ignonicia y el estado de gentilidad, le propuso al director de los Jesuitas en Santa fe que se encargaran de estos pueblos, fue así como en 1.624 se concreta la negociación para que se responsabilizaran de los pueblos de Chita, Támara, Morcote y Pauto. En el año de 1625 arribaron los jesuitas a los pueblos anteriormente mencionados, Corsaní nos narra las responsabilidades de cada uno de ellos “el Padre Joseph Tobahina y Miguel Geronimo de Tosola de Chita: El padre Diego de Acuña, de Morcote: el Padre Jose Dadey cargó sobre si lo más difícil, que fueron Támara, Paya y Pisba. Los misioneros se encontraron con tierras muy fértiles y ricos que bien supieron explotarlos, así lo manifestaron “la Tierra fértil, singularmente de algodón que abunda con excesos y que era tributo, que pagaban los indios al Rey o a los encomenderos, que estos se aprovechaban en gruesas cantidades” Así fue que inicio este proceso misional que ayudo a fortalecer nuestro pueblo de Támara y que nos ha permitido existir por mas de 400 años. El accionar de conquistadores, colonos, curas seculares, órdenes religiosas, caciques y capitanes de indios, escoltas militares, autoridades locales y regionales fueron parte activa y decisiva de nuestro pasado colonial, para dar paso a un periodo Republicano un poco mas sosegado y silencioso.
El Municipio de Támara cuenta con paisajes dentro de los cuales se observan : Montaña 75%, Lomerío 20% y Valle y Piedemonte 5%.
Teniendo presente el proceso de evolución del suelo del municipio se deduce que hubo una época en que su superficie escarpada por acción de los procesos de glaciación y posteriormente erosión, generada por el lavado de los terrenos al descongelarse las aguas, convirtiendo los suelos en muy ácido, poco profundos y de baja fertilidad, sin embargo se desconoce como surgieron las especies de plantas y animales; pero lo que si se afirma, es que a la llegada de los Españoles la región poseía una espesa y exsuverante vegetación, como presencia de una muy variada y elevada población animal, lo mismo que la existencia de tribus indígenas como los Salivas, Achaguas y Uwas, que convivieron en perfecta armonía con el medio sin transformar su equilibrio ecológico.
Al igual que la flora el municipio tiene un abundante y variado recurso, desfavorecido ampliamente con la destrucción de sus ecosistemas naturales boscosos, intervenidos por la acción antrópica, poniendo en peligro de extinción todas las especies. Su diversidad e importancia ecológica, alimenticia, ornamental, biológica, constituye un recurso invaluable.
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