27 may 2011

Tenerife

Tenerife es un municipio del departamento del Magdalena, localizado en el Valle del Río Grande de la Magdalena, con una altura de 20 msnm, de clima cálido, con una población aproximada de 15.000 habitantes, fue elevado a la categoría de Municipio mediante Ordenanza de junio de 1923.
Fue conquistado y fundado sobre las ruinas del poblado indígena por el Capitán Francisco Henríquez el día 20 de enero de 1543. Los aborígenes Malebues, o malebuyes, formaban aprte de una cadena de nativos que durante más de ocho mil años habían ocupado el territorio de lo que es el municipio de Tenerife, incluyendo miembros de las tribus Tepehuas, Chimilas, Karibes, Mohicas o Mohicanos y Muiscas o Moscotes. Los datos de la fecha de fundación fueron corroborados en el Archivo de Indias, España y publicados por la historiadora Trinidad Miranda Vásquez.
El nombre de San Sebastián de Tenerife, se debe a una costumbre española en la que al fundar o conquistar una población se le daba el nombre del Santo que ese día celebraba la Iglesia y casualmente ese día se celebraba el martirio de San Sebastián. Entre tanto el nombre de Tenerife se dio porque el conquistador fundador el capitán Francisco Henríquez, un canario se quiso agraciar con su jefe Gonzalo Fernández de Lugo quien era natural de las Islas Canarias y a la sazón era el Gobernador de Santa Marta y hacer en un asentamiento indigena una población llamada Villa de San Sebastián de Tenerife, la que llegó a tener Títulos Reales sobre el suelo y el subsuelo, otorgados por el virrey Amar y Borbón a nombre de la Corona Española, Casa del perdón, Casa del Comercio, dos colegios mayores, Cabildo de ayuntamiento, casa del ayuntamiento, iglesia, plazas, dos colegios mayores, varios templos sitaudos en la zona urbana y rural, más de 14 encomiendas, puerto, casa fuerte y otras varias isntituciones del poderío español colonial.
Tenerife fue Departamento y capital de Departamento, hasta la Convención de Rionegro, en que intereses centralistas y regionales la convirtieron en apéndice de Santa Marta, provocando su atraso y su olvido.
Fue allí donde Simón Bolívar ganó su primera batalla y lanzó su primera proclama de Libertad en suelo patrio, iniciando su cadena de triunfos que lo llevaría con éxito hasta Caracas en la llamada Campaña Admirable y fue en Tenerife donde las fuerzas bajo el mando férreo y temerario de Hermógenes Maza y Loboguerrero y José María Córdoba, sellaron la verdadera libertad definitiva al limpiar de realistas el bajo Magdalena y asegurar la derrota final y el embarque de las fuerzas ibéricas y del Virrey hacia España, luego del asedio a Cartagena.
Fué allí en Tenerife donde el Libertador Simón Bolívar gozó los delirios de amor con la francesita Anne Lenoit,a quien le prometio al partir para la guerra "Si no me caso contigo no me casaré con nadie". Fue ella la única de todas sus amantes que lo acompañó en su viaje hacia la tumba en el piso de la catedral de Santa Marta, gimiendo: "Nadie lo ha amado tanto ni tan tiernamente como yo!, vestida de riguroso luto y luego se fue a Tenerife a vivir de su añorado amor hasta cuando la soprendió la muerte el 5 de abril de 1868, según lo relata el novelista Luis Roncallo Fandiño en la obra Anne Lenoit: La Siempreviva del Libertador.
Antonio Alcedo Herrera, en su obra Diccionario Geográfico Histórico de las Indias Occidentales, en la página 43 de su volumen cuarto, señala: Tenerife, situado en las márgenes del Magdalena, fundado en el año 1536 por el Capitán Francisco Henríquez. Llegó en su tiempo a tener una gran población y abundante comercio. En él residió cierto tiempo como cura el famoso San Luis Beltrán...”.
Don Pedro Fernández de Lugo, Originario de Canarias donde se desempeñaba como Gobernador y Adelantado, fue nombrado Gobernador de Santa Marta por el Rey Carlos V. Se asegura, con bastante criterio histórico, que fue durante su gobernación en 20 de enero de 1536 cuando a su nombre, otro canario, el Capitán Francisco Henríquez, de Tenerife, fundó a San Sebastián de Tenerife, en territorio de los Pintados.
La pretendida fundación de Tenerife, unos la sitúan hacia el 20 de enero de 1533, otros hacia el 20 de enero de 1542 y otros en 1543. Pero, Antonio Alcedo Herrera es claro en señalar en su citada obra que fue en 1536, coincidiendo con la gobernación de Don Pedro Fernández de Lugo. Todos los historiadores están de acuerdo en el nombre del “fundador”: Capitán Francisco Henríquez y en el día 20 de enero, difieren en cuanto al año. Pero la fecha dada por Antonio Alcedo Herrera, es acertada.
Esta fecha es resaltada por Trinidad Miranda Vázquez, en su libro “La Gobernación de Santa Marta (1570-1670), publicado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de la Escuela de Estudios Hispanoamericanos de Sevilla. Precisamente es en Sevilla donde se encuentra el Archivo de Indias, donde están los documentos que contienen la información precisa de lo sucedido en el nuevo Reino de Granada.
Por su parte, la versión de Rosendo Miranda Junior relata: “La gesta se inició, la noche en que los tambores resonaban, invitando a la orgía aborigen. Por la jungla desaparecía despavorida la indiada Chimila, como si se tratara de la diabólica hazaña de “busiraco”, espíritu del mal. Eran las descargadas peninsulares que comandaba Francisco Henríquez, capitán destacado de milicias heroicas de las que sobrepujaron incruentos padecimientos y sembraron de osamentas las riberas inhóspitas y las hondonadas de nuestros valles mediterráneos para consolidar el predominio de los Reyes Católicos en la América India.
El grueso de los tenerifenses o tenerifanos, son orgullosos de su solar nativo y le guardan un inmenso cariño a la tierra que los vio nacer, acorde todo ello con lo que expresó su héroe y libertador Simón Bolívar: “Primero el suelo nativo que nada; él ha formado con sus elementos nuestro ser; nuestra vida no es otra cosa que la herencia de nuestro pobre país; allí se encuentran los testigos de nuestro nacimiento, los creadores de nuestra existencia y los que nos han dado alma por la educación; los sepulcros de nuestros padres yacen allí y nos reclaman seguridad y reposo; todo nos recuerda un deber, todo excita sentimientos tiernos y memorias deliciosas; allí fue el teatro de nuestra inocencia, de nuestros primeros amores, de nuestras primeras sensaciones y de cuanto nos ha formado”.

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