23 jun 2011

Betulia (Santander)

Betulia es un municipio del departamento de Santander. Fundado en 1844 por José María Prada, Julián García, Pedro Gómez y el sacerdote Pedro Guarín. Su nombre tiene origen bíblico, siendo tomado de la ciudad homónima mencionada en el libro de Judith.
Limita con los municipios de San Vicente de Chucurí (sur y occidente), Zapatoca (sur y suroriente), y Girón (Norte y nororiente). Comprende tierras montañosas y planas, teniendo alturas que oscilan entre los 100 y los 2100 msnm . Por ello, posee variedad de climas que van desde los cálidos lluviosos (Valle del Sogamoso y llanura del Río Magdalena) hasta los templados y fríos (Zonas altas de la Serranía de los Yariguíes).
La fundación de Betulia y de otros municipios como San Vicente de Chucurí, Santa Elena del Opón y Barrancabermeja, entre otros, obedeció al proyecto liberal de apertura de caminos hacia el río Magdalena (principal vía de comunicación entre la Costa Atlántica y el interior de la República en el siglo XIX) y colonización del valle del Magdalena Medio, que hasta el siglo XIX se hallaba habitado únicamente por los indígenas Yariguies, quienes habían resistido con relativo éxito durante más de 3 siglos la invasión y conquista española. La intención era entonces, abrir caminos y asegurar de una vez por todas la colonización de una zona considera en el momento vital para la economía regional y nacional.
Particularmente, las fundaciones realizadas en el transcurso del siglo XIX en el cantón de Zapatoca fueron el producto de la necesidad de establecer un punto de apoyo para los usuarios del camino real. Las fundaciones más importantes en este sentido fueron Betulia (1844) y San Vicente de Chucurí. La Fuente (actualmente corregimiento de Zapatoca) también nació como parte de esta necesidad del proyecto. Acompañando las fundaciones de Betulia y San Vicente se estableció una población en el sito de Bermejales, (Barrancabermeja) como parte de la propuesta de Joaquín Acosta, encargado de hacer el proyecto de caminos, de que este poblado sirviera de bodega y para atender a los viajeros.
Betulia se concibió entonces, como un punto de apoyo a los mercaderes y viajeros. No obstante, nunca logró obtener un desarrollo considerable y pronto otras poblaciones como San Vicente de Chucurí (hermana de nacimiento) y Barrancabermeja la superaron debido al auge del café, del cacao y del petróleo. Si bien por la zona rural de Betulia se ubicaron empresas colonizadoras y agroexportadoras famosas durante la segunda mitad del siglo XIX (por ejemplo, las del alemán Geo von Lengerke con la quina), los beneficios reportaron muy poco a la cabecera municipal, por las mismas características extractivas de las empresas. Además, el proyecto del camino al río Magdalena por el río Chucurí nunca logró consolidarse como una obra rentable y bien pronto Betulia se aisló en la pequeña planada en la cual fue fundado, prácticamente incomunicado de sus principales y más fértiles tierras del río Sogamoso y la Putana (cuyos habitantes preferían ir a municipios como San Vicente o Barranca a comerciar sus productos agrícolas). La ubicación del poblado, en una cima de la Serranía de los Yariguíes, al extremo oriente de la jurisdicción municipal tampoco favoreció las comunicaciones con las tierras bajas de su zona rural.
Este relativo aislamiento de las zonas más productivas y pujantes de la región, continuó durante el siglo XX y solo al final del mismo y comienzos del nuevo milenio la apertura de vías de comunicación a los municipios vecinos y al interior del municipio, promete dar fin a dicho aslamiento.
Esta situación, sin embargo, ha otorgado a Betulia una serie de características observables hoy día, y que merecen la atención, pues han marcado muchos aspectos de la cultura, la política y la economía misma de la zona.
Betulia hace parte del Magdalena Medio, especialmente por las características rurales (zonas ubicadas en el Valle del Magdalena y en los valles de los ríos Chucurí y Sogamoso) pero su realidad urbana difiere mucho de dicha zona, al igual que su idiosincrasia (ligada más a los andes santandereanos). Hay entonces marcadas diferencias culturales entre su zona rural occidental y su zona urbana y rural oriental.
Políticamente, Betulia es un pueblo de antecedentes conservadores, en su zona urbana, y liberales, en su zona rural, pero sin una tradición en formación política-partidista. Por otra parte, de acuerdo a testimonios orales y escritos, este pueblo (al menos en su zona urbana) estuvo al margen de conflictos civiles que desangraron a pueblos vecinos, tales como la guerra de los Mil Días a fines del siglo XIX o la violencia partidista (liberal-conservadora) de de la década de 1950. Además, la violencia guerrillera, aunque tocó al municipio en un par de oportunidades, pronto adquirió de nuevo la relativa calma que siempre la ha caracterizado. Este pueblo no ha sido un sitio estratégico, militar y políticamenta hablando. Todos estos hechos confieren una particularidad política interesante dentro de la región.
Económicamente, y debido a su relativo aislamiento, Betulia tiene un comercio intermunicipal poco desarrollado. Gracias a la diversidad en sus pisos térmicos, se da un autoabastecimiento agrícola, “importa” muy pocos productos del agro (además de los manufacturados)y “exporta” café, tabaco, cacao, hortalizas y frutales, en principio, a municipios vecinos como Girón, San Vicente, Bucaramanga y Zapatoca, y en los últimos años, a Barrancabermeja. Tampoco se orientó la economía en la perspectiva de la industria: a lo sumo una pequeña artesanía (sombreros de jipijapa a finales del siglo XIX y comienzos del XX) y elaboración de tabaco. Las microempresas no han logrado establecerse con éxito hasta el momento.
En cuanto a la distribución de tierras, se observa el predominio de la pequeña y mediana propiedad, especialmente en la mayoría de las veredas ubicadas al oriente del río Chucurí. Las grandes haciendas sólo pudieron desarrollarse principalmente en veredas del occidente municipal, tales como Montebello y Sogamoso, bastante aisladas del casco urbano, como para crear una elite política y social con influencia sobre el poblado. Aunque existía, como en todo pueblo, el tradicional grupo de la “elite local”, su injerencia sobre la vida local no se compara con otros municipios con verdaderas clases dirigentes tradicionales, con poder y dominio sobre la mayoría de los pobladores. Por tanto, tampoco se produjeron movimientos sociales importantes (campesinos reivindicando tierras, por ejemplo) que crearan un clima de agitación social con eco dentro de la zona urbana. Según algunos investigadores, estos movimientos se dieron, de manera desorganizada, a principios de siglo y en las zonas circundantes a Barrancabermeja, afectando sólo al extremo occidente de la actual jurisdicción municipal (La Putana), debidos principalmente a conflictos con las compañías petroleras, gracias a las contradictorias políticas gubernamentales en materia de baldíos.
En el campo religioso, Betulia ha estado marcada fuertemente por la iglesia Católica, en cuyo eje giró la vida de los pobladores hasta hace muy poco. Los grupos protestantes (pentecostales en su mayoría) sólo recientemente se han venido introduciendo, de manera marginal.
Dadas las características mencionadas, y ante las pocas oportunidades de desarrollo existentes para los betulianos, a partir de la década de 1960 ha existido una fuerte tendencia a la migración de jóvenes hacia Bucaramanga, Barrancabermeja Bogotá, y ciudades y pueblos de la Costa Atlántica colombiana, especialmente Barranquilla, Santa Marta, Cartagena de Indias y otras. Allí se han desempeñado principalmente como comerciantes de víveres, en una tendencia clara a la independencia económica.
En los últimos años, gracias a modificaciones en la legislación colombiana que ha permitido una mayor descentralización y apertura democrática, el municipio ha venido creando procesos de desarrollo sostenible, aunque no sin dificultades. La elección popular de alcaldes (a partir de 1988) ha posibilitado que personas con aptitudes de liderazgo y con capacidad de gestión hayan podido regentar los destinos de la población, de manera que en pocos años se han producido transformaciones muy importantes en infraestructura, educación y cultura.

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