Ubicada en el Distrito Turístico Cultural e Histórico de Santa Marta, al norte de Colombia, está la Hacienda Florida de San Pedro Alejandrino, declarada Monumento Nacional, por ser la última morada del Libertador, Simón Bolívar.
Fundada el 2 de febrero de 1608, la Quinta de San Pedro Alejandrino fue testigo de los últimos instantes de la vida gloriosa del Libertador, impregnados de su gran lucidez y la nostalgia de la última partida.
Actualmente la Quinta, administrada por la Fundación Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo, es uno de los atractivos más visitados del norte de Colombia, como Monumento relevante para la historia política y cultural de la Nación , integrada por la Colección Histórica, de la cual hacen parte las construcciones y el mobiliario de la Antigua Hacienda, que en tiempos del Libertador perteneció al señor Joaquín de Mier y Benítez; la Colección Viva con una muestra representativa de la flora y la fauna del Caribe colombiano, hoy Jardín Botánico; y la Colección de arte, un sobrio complejo arquitectónico, construido en épocas recientes para acoger al Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo.
Dentro de la Colección Histórica destaca la Casa Principal, donde moriría Simón Bolívar. Muy cerca de la casa con todas sus dependencias: capilla, sala principal, alcoba, cuarto de baño, biblioteca, cocina, comedor, etc., el visitante encontrará la Bagacera, el Trapiche, la Destilería y el Sótano, edificaciones que sirvieron a los fines empresariales del ingenio, que constituía el sustento de la hacienda en tiempos de la familia De Mier.
No cabe duda sin embargo, que no sólo la parte arquitectónica de este sector de la Hacienda, puede dar testimonio de su historia. La naturaleza en su conjunto, impregna el recorrido a través del Jardín, de la atmósfera apacible y deslumbrante del lugar original.
La Colección Viva del Jardín Botánico esta compuesta por cactáceas, palmetum, xerofíticas, plantas ornamentales y maderables, entre otras -algunas de ellas en peligro de extinción-. El Jardín constituye también el refugio de especies animales como iguanas, ardillas, pericos, canarios, colibríes, y muchas más.
Quien venga a la Quinta notará cómo el Jardín Botánico enlaza los espacios arquitectónicos y les da unidad en el tiempo. Eje de este recorrido, es el Altar de la Patria, monumento de estilo republicano construido en memoria al Libertador, que fue inaugurado en 1942, bajo la presidencia de Eduardo Santos. En su interior está el conjunto de esculturas de estilo neoclásico, elaboradas por los escultores Augusto Rossi y Hermenegildo Luppi.
Frente al Altar de la Patria -en el costado este- está la Plaza de Banderas, construida en 1980. Al otro extremo, se emplaza el Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo fundado en 1986 para albergar una colección de arte latinoamericano, con cerca de 200 obras representativas.
Sobresalen entre la colección, los retratos inspirados en el Libertador, realizados por artistas como Alejandro Obregón, Jorge Elías Triana, Gustavo Zalamea, Patricia Tavera, Germán Tessarolo y Maripaz Jaramillo, quienes en sus obras aluden a la imagen histórica o humana de Bolívar. El Museo posee una colección de esculturas que se exhibe en sus jardines donde destacan entre otros los trabajos de Eduardo Ramírez Villamizar, Edgar Negret, Lydia Azout y Carlos Chacín.
El resto de la colección, integrada por obra gráfica, fotografía, dibujo y acuarela, es exhibida temporalmente. Entre ésta merece especial atención la colección de acuarela, que surge de la Trienal Internacional de Acuarela, evento de carácter internacional que invita a artistas de todo el mundo a exponer sus obras en las salas del museo.
El Museo cuenta asimismo con un hemiciclo al aire libre, el Teatro Joaquín de Mier y Benítez, para acoger representaciones teatrales, de danza, performance, recitales poéticos y conciertos.
Gracias a su vocación institucional -que mira al Caribe y al circuito internacional- el Museo Bolivariano es un verdadero enclave cultural de la nación colombiana; sus exposiciones temporales promueven el arte actual y una sostenida oferta de servicios culturales para el público más amplio.La idea de la creación de un Museo de Arte Contemporáneo en La Quinta de San Pedro Alejandrino surgió del artista Armando Villegas en el año 1986, y tuvo una gran acogida por los demás artistas que conformaban la Unión Bolivariana. Contó con un respaldo unánime de las autoridades regionales y con el apoyo del presidente de la república de Colombia, Belisario Betancur. De esta forma, la ordenanza del 23 de abril 27 de 1928 ofrececía a los países bolivarianos una parcela de tierra propia en San Pedro Alejandrino, destinada a la construcción de monumentos. Este museo fue inaugurado el 24 de julio de 1986 y es patrimonio cultural de las seis naciones.
Es el reflejo de nuestra América, una conjunción de culturas que tienen sus nexos, pero a la vez también inmensas diferencias, a pesar de que los llamados países bolivarianos se encuentran unidos por una historia común, encontramos en sus manifestaciones plásticas convergencias y divergencias que enriquecen ese acervo artístico que recoge el Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo en su colección permanente de pintura, escultura y obra gráfica. Esta colección, nace en 1986 con la única pretensión de recoger una muestra de la producción artística contemporánea de los países bolivarianos (Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Panamá), que rindiera tributo al Libertador Simón Bolívar en la Quinta de San Pedro Alejandrino.
La colección del Museo Bolivariano no abarca todo el universo plástico del llamado arte latinoamericano, pero si encontramos aquí ejemplos notables de movimientos y tendencias que van desde aquellos influenciados por el Indigenismo que nace en México y se expande por toda América Latina proclamando nuestra identidad, hasta las corrientes más abstractas que nos llegan con las vanguardias europeas, se establecen en las academias de arte del continente y nos introducirán en la modernidad. Podemos aproximarnos a esta colección de arte tan heterogénea, que aparentemente solo se encuentra unida por ideales y tratados políticos; retomando el mapa cultural de América Latina, ubicando los puntos de unión donde nuestra identidad permite delimitar problemáticas y búsquedas comunes a los artistas plásticos de los países bolivarianos; Recorriendo caminos que nos llevan desde las raíces y toda esa influencia precolombina presente en la obra de artistas como Antonio Grass, y Enrique Tábara que nos recuerdan nuestra herencia ancestral, y que es retomada con más fuerza en la obra de Eduardo Kingman, Oswaldo Guayasamín, y Luis Alberto Acuña quienes lideraran los movimientos de pintura indigenista en Ecuador y Colombia respectivamente.
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