Trujillo es un municipio ubicado en la zona central del Valle del Cauca, un departamento del suroccidente de Colombia. Según el censo oficial de 2010, cuenta con 18.142 habitantes. Su extensión es de 221 km² y su cabecera municipal se encuentra a 1.260 msnm. Se ha caracterizado por la calidad en su producción de café, plátano, frutas y verduras.
Históricamente ha sufrido varias y graves de violencia que han tenido profundos y traumáticos efectos en la población. En particular, en los años 1980 y 1990 sufrió una situación de violencia extrema, conocida como la Masacre de Trujillo, durante la cual grupos de narcotraficantes aliados a la fuerza pública torturaron y asesinaron a varios cientos de sus pobladores, provocando el desplazamiento de un gran porcentaje de los sobrevivientes.
El Municipio de Trujillo se encuentra plantado en la ladera oriental de la Cordillera Occidental en la trifurcación andina colombiana. Su área disfruta de una estrecha zona plana al margen occidental del río Cauca y de una extensa zona montañosa que va desde los 1000 hasta más de los 3000 msnm. El territorio esta bañado por múltiples ríos y quebradas que en su mayoría desembocan en el río Cáceres y, por consiguiente, en el río Cauca. Los ríos Culebras, Cuancua, Cáceres y Blanco son los más conocidos en la región.
La ubicación del municipio dentro de la región geográfica del Valle del Cauca, hacen de su territorio un espacio de importante riqueza natural: la confluencia de ríos y otras fuentes hídricas hacen que la región en síí sea potencia natural de cultivos como la caña de azúcar en el valle y la panelera en la montaña. El tradicional cultivo de café comparte importancia con la siembra de frutas verduras y la cría de animales.
Tradicionalmente, Trujillo se ha entendido como producto de la colonización paisa del principio del siglo XX. Sin embargo no es de demeritar el influjo cultural proveniente de la región del Gran Cauca. Como dato curioso, es de denotar la teoría que Trujillo fue fundado por ex convictos y desmovilizados de la guerra de los mil días. Lo cual traería una ascendencia del altiplano cundiboyacense y santandereana que afectarían la forma de ser y las maneras características de los Trujillenses. Esta teoría se basa en el hecho de que algunos de los primeros líderes políticos de la zona fueron de facto oriundos de Santander y, también, que aun en la misma proclama fundacional se aclama la protección de Nuestra Señora de las Mercedes, tradicional patrona de los reclusos.
La zona de la cordillera occidental del valle del cauca fue habitada en algunos sectores por los indios gorrones. En Trujillo, además que esporádicos encuentros de guacas, no hay mayor indicio de tempranos asentamiento indígenas. Es de esperarse que por las cualidades climáticas y las características geo-orográficas la zona fuese usada para la caza y la pesca con centros de acopio en Juntas y Puente Rojo.
A finales del siglo XIX la región fue empezada a colonizar por los antioquenos. “El 7 de Enero de 1871, Cayetano Delgado, un ciudadano bugueño que figuraba en los libros notariales de su ciudad como propietario de los “terrenos comprendidos entre la cima de la cordillera Occidental y los ríos Cuancua y Riofrío”, cedió lotes de 50 hectáreas a Juan Jacobo Restrepo con la condición de distribuirlos entre “antioqueños trabajadores y sanos” para que poblaran la zona montañosa entre los ríos Culebras y Riofrío, y prestaran servicios en sus predios." (Atehortua, Adolfo; El Poder y la Sangre).
La proclamación de fundación de Trujillo como municipio se remonta al 21 de septiembre de 1922, cuando Leocadio Salazar y a un grupo de pobladores como Cayetano Muriel, Ismael Ospina, Marcos A. Materón, Antonio Pérez, Demetrio Ramírez, Cruz María Restrepo, Julio Sabogal, Manuel Salvador Marín, Fernando Flórez, Luis Materón, Melitón Ospina, Marcos Alvarez, Bernabé Gómez, Francisco Franco, Graciliano Vallejo, Arturo Mejía, Elías Moncada, Pedro Gil, María Ospina, Ulpiano Moreno, Francisco Guarín, Jesús Antonio Molina, Eufrasio Valencia y junto con el Presbítero Norberto López, Juan Sanclemente, Eduardo Aguirre, Pedro José Lorza Miguel Antonio Pineda y Fidecio Navarrete, presentes también en el act, decidieron cambiar las fortunas del caserío “La Esneda” que dependía de la jurisdicción de Huasano (hoy corregimiento de Trujillo) de la provincia de Roldanillo.
Trujillo llevó el nombre “Vernaza” en honor a José Ignacio Vernaza, gobernador del Valle y benefactor de la fundación. Sin embargo, en octubre de 1929, el nuevo nombre en honor al General y Presidente liberal Julián Trujillo, fue propuesto por Ernesto Pedraza (quien más tarde llego a convertirse en Alcalde Municipal). Por la ordenanza número 19 de 1930, Trujillo adquiere la jurisdicción municipal.
Después de la fundación y hasta el 9 de abril de 1948, el municipio adquirió un perfil y posicionamiento político que permitió representar un rol muy importante en los quehaceres del departamento. Para algunos analistas, la importancia de Trujillo no era tanto por los aportes a la política como lo era a la economía regional. El mando del municipio estuvo a cargo de líderes liberales que contrastaban profundamente con las tradiciones conservadoras antioqueñas.
Desde el 9 de abril de 1948 hasta enero de 1980, el municipio se vio envuelto en una lucha por el poder político local que llevo al enfrentamiento de los líderes tradicionales del municipio. Ambos bandos conservadores y ambos bandos terminaron sacrificando las vidas de cientos de ciudadanos en una lucha que puede ser catalogada como fraticida. El fin de esta época se marca con la muerte del líder político conservador Leonardo Espinosa que más tarde es inmortalizado en la novela de Gustavo Álvarez Gardeazábal, El Último Gamonal.
Entre 1988 y 1994 entre 245 y 342 personas pierden su vida en una cadena continua de asesinatos que fue denominada como la Masacre de Trujillo. Los crímenes que respondían a móviles políticos de grupos paramilitares con la complacencia del gobierno y la financiación de los carteles regionales de la droga, hacen de los sucesos un acto de lesa humanidad que fue reconocida por el gobierno nacional y que llamo la atención de la justicia internacional. Una de las particularidades del proceso fue la generalización de la sevicia o crueldad extrema como instrumento para aterrorizar a la población.
Posterior a 1995 el municipio ha sufrido la secuelas de su historia y ha tratado de rehacer la vida local. El desarrollo de la economía, aunque estancada, por la ausencia de manejo y gestion entre 2004 y 2007.
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